
… Y yo al frente con un ejercito de desconocidos detrás de mi. Miro al frente, de frente y frente a mi un desierto de acero, concreto y carne. Los de atrás tendrán que esperar su turno, yo debo afinar bien mi puntería, tomará tiempo, el necesario, el que me plazca, pues en frente, frente a mi, se encuentra mi frente.